Ahogado

El ahogado en ajedrez ocurre cuando el jugador en turno no tiene movimientos legales, pero su rey no está en jaque. En este caso, la partida termina en tablas, sin importar la ventaja de material o posición del otro jugador. Es una situación que puede ser frustrante para quien está ganando, pero salvadora para el jugador en desventaja.

Este resultado suele aparecer en finales con pocas piezas, como en rey y torre contra rey, o cuando un peón avanza dejando al rival sin opciones de movimiento. También se puede usar de manera estratégica, creando posiciones que lleven al oponente a cometer errores y forzar el empate.

Para evitar un ahogado, es importante calcular los movimientos posibles del rival antes de realizar una jugada decisiva. Mantener las piezas activas y conocer los finales básicos son formas efectivas de prevenir este error.

El ahogado no es solo una curiosidad, sino una regla que puede cambiar el resultado de una partida. Entender cómo usarlo o evitarlo es fundamental para mejorar tu juego y aprovechar cada oportunidad en el tablero.